martes, 18 de junio de 2013

Algún día, en algún lugar...

Cuando a un niño le preguntan qué quiere ser cuando sea grande, las respuestas son algo así como: ¡Princesa! ¡Astronauta! ¡Vaquero! Y lo dirá fuerte y seguro de sí mismo, sin pensarlo dos veces, ya que en su mente no existe la palabra "imposible" . Esto cambia cuando somos adultos, a medida que crecemos nuestra visión da un giro, del cual muchas veces nuestro niño interior estría decepcionado. La sociedad te dice que esos sueños son solo eso, fantasías. 

Era un día de esos realmente estresantes, en los que veinticuatro horas parecen no ser suficientes. Buscaba un recibo entre el montón de papeles que tenía en mi escritorio. Debido a mi prisa, hice un gran desastre y de repente una fotografía, que estaba dentro de un libro, cayó al suelo. Me detuve un segundo, hice una pausa y la recogí; el azul celeste brillante del mar me dejó anonadada, por un momento olvidé mis asuntos y me senté en la cama a observar la fotografía. Recuerdo el momento exacto cuando mi amigo Kevin, un africano de Nigeria con una enorme sonrisa, me tomó la foto y me dijo que la llamaría "freedom". Efectivamente mi amigo estaba en lo correcto. Recuerdo esa playa, la riviera francesa, costa azul, Cap d'Ail, el sol calentaba mi rostro, el viento rozaba mi piel y desordenaba mi cabello. Yo estaba parada sobre una gran roca con mis brazos al aire y los ojos cerrados. Solo quería sentir, sentir el viento cálido del verano, la textura rústica y tibia de la roca bajo mis pies descalzos, el olor del mar, el sonido de las olas que rompían contra la roca y el agua tivia que salpicaba mis piernas, se traducía en libertad. Qué gran día aquel. 

Entonces deseé con todo mi corazón poder viajar, solo eso, viajar y tener mil días como ése. Soñé con poder montarme en un tren y bajarme frente al mar, pisar la arena y correr. Por qué es tan difícil el solo hecho de poder hacer lo que quieres, lo que más deseas, lo que sueñas. Quizá para que cuando lo obtengamos sepamos valorarlo. Un día leí por ahí que si te dedicas a hacer lo que más amas, lo que te apasiona, entonces no trabajarás un día de tu vida. 

Historia escrita por: Jeslin Valbuena Issa